En este tiempo me he seguido reconstruyendo. Siempre me propuse salir adelante. Siempre supe que no iba a rendirme para volver a ser la que YO era antes de que me arañaran el alma.
He hecho varias terapias, cada una complementando a la otra. Todas me han ayudado a comprender lo ocurrido, a revisar mi pasado, a reconocer mis emociones, a saber que YO soy mucho más que una emoción y que por dolorosa que esta sea, pasará.
He hecho Sofrología, acupuntura y hago semanalmente yoga.
He aprendido a perdonarme, a no juzgarme duramente, a valorarme por todo lo sufrido y a sacar fuera de mi el rencor y la rabia. No he olvidado ni disculpado pero si he perdonado. Vivo en paz, feliz, tranquila, ilusionada, optimista. Vuelvo a ser yo.
En este tiempo he contado con el apoyo de mi familia y de mis amigos. Aunque ellos no saben todo por lo que he pasado (porque prefiero evitarles sufrimiento sobre cosas que además no se pueden cambiar) aún sin saberlo todo, siempre han estado allí. Mi familia y mis amigos han sido un apoyo constante e incondicional. Estoy segura que sin ellos me hubiera sido muy difícil salir del túnel, como también sé que sin mi propia fuerza de voluntad y trabajo interior, no hubiera sido posible.
En este tiempo siento que he tomado perspectiva. Como si fuera un observador de ese pasado próximo que percibo ya tan lejano. He aprendido muchas cosas. Me conozco como no era capaz de hacerlo antes. Me he dado cuenta de mis valías y he abrazado mis miedos. Se que no soy perfecta pero si bella.
En este tiempo he conocido a un hombre maravilloso. Una tarde en la que no esperaba nada especial ni buscaba ningún encuentro. Fue algo totalmente espontáneo, fresco y sencillo. Que ha venido a mi vida en un momento en el que yo, me comprendo lo suficiente a mi misma, como para saber que estoy preparada para amar sanamente.